Jeroni de Marcombo
Si hay un lenguaje de programación que ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo clave en la tecnología actual, ese es C. Desde sistemas operativos hasta inteligencia artificial y blockchain, C es el motor que impulsa gran parte del software y la infraestructura digital que usamos a diario.
Desarrollado en los años 70 por Dennis Ritchie en los laboratorios Bell, su primer gran uso fue en la reescritura de UNIX, y desde entonces, su influencia ha sido incuestionable. Muchos lenguajes modernos, como C++, Java y Python, derivan de su sintaxis y estructura. Su aplicación es casi omnipresente: está en sistemas operativos como Windows y Linux, en hardware y sistemas embebidos, en aplicaciones de alto rendimiento utilizadas en fintechs y plataformas como Google, y en la base de la tecnología blockchain, donde las librerías criptográficas están implementadas en C para garantizar velocidad y seguridad. También es clave en la computación científica, con aplicaciones en física cuántica y aeroespacial, así como en modelos financieros empleados por gigantes como Bloomberg y Morgan Stanley.
Conocer C te da acceso a las bases de la programación y te prepara para entender cómo funcionan los sistemas informáticos desde dentro. Aprenderlo significa tener control absoluto sobre la memoria y los procesos del sistema, adquirir conocimientos transferibles a otros lenguajes modernos y desarrollar software con alto rendimiento y seguridad. Además, abre oportunidades en campos como la inteligencia artificial, blockchain y tecnologías emergentes.
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