miércoles, 30 de octubre de 2024

IA y Periodismo

 Antoni Vidal Carretero, 18 de octubre de 2024

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los temas más desafiantes y fascinantes de nuestra época, con el potencial de transformar radicalmente las dinámicas sociales, políticas y económicas. A medida que la IA avanza, es necesario reflexionar sobre sus grandes retos sociológicos y su impacto en las democracias occidentales. Si bien la IA puede ofrecer soluciones innovadoras y aumentar la eficiencia de las instituciones, también plantea riesgos profundos en términos de desigualdad, manipulación de la información y concentración de poder en manos de unos pocos.

Uno de los efectos positivos más evidentes es la capacidad de la IA para mejorar la gestión de los recursos públicos, optimizar los sistemas de transporte y salud, e incluso fortalecer la seguridad. Sin embargo, estas promesas de progreso tecnológico deben ir acompañadas de un escrutinio ético riguroso, ya que también existen efectos negativos potenciales que pueden erosionar la calidad de las democracias. En sociedades libres, donde la transparencia y la participación ciudadana son pilares, el uso indebido de la IA podría comprometer la equidad en el acceso a la información y los derechos fundamentales.

En este sentido, el "cuarto poder", representado por los medios de comunicación, juega un papel crucial. A medida que las herramientas de IA comienzan a generar, filtrar y priorizar contenido informativo, surge el riesgo de que el control sobre la información quede centralizado en manos de empresas tecnológicas o grupos con intereses específicos. Esto podría limitar el acceso a fuentes diversas y dar paso a una realidad informativa sesgada, en la que el ciudadano pierde capacidad de discernimiento. La libertad de expresión, piedra angular de las democracias, se vería afectada si el flujo informativo es controlado por algoritmos que priorizan lo sensacionalista o lo rentable, en detrimento de lo veraz. A tenor de esto último, cabe destacar los acuerdos de colaboración firmados recientemente entre grandes grupos como PRISA, Le Monde, The Guardian o Condé Nast con OpenAI, de los que poco se sabe, pero que podrían incidir radicalmente en cómo se informa a una parte importante de la ciudadanía occidental.

El ensayo El último periodista: La Inteligencia Artificial toma el relevo, el prestigioso comunicador y periodista Antoni Vidal Carretero, explora estas cuestiones en profundidad. En este libro, se analiza cómo la IA está transformando la labor del periodismo y la forma en que las sociedades se informan, advirtiendo sobre la necesidad de que los ciudadanos mantengan el control sobre las fuentes de información. Esta obra ofrece una valiosa reflexión sobre el futuro del "periodismo humano" frente a la automatización masiva de contenidos, y cómo los cambios que estamos presenciando impactarán en la preservación de la democracia y las libertades civiles.

Aprender a dominar la tecnología detrás de la IA se torna pues imprescindible para garantizar que su desarrollo responda al interés general y no a objetivos privados. Solo así podremos proteger nuestras instituciones, asegurar un acceso equilibrado a la información y evitar que las decisiones políticas y sociales sean dictadas por fuerzas invisibles o incontrolables.

jueves, 27 de junio de 2024

La IA no sabe reírse -MIT

 MIT-27.06.2024, Carlos Corominas, Redactor jefe de MIT Technology Review en español


Desde la popularización de la inteligencia artificial generativa a finales de 2022, se ha establecido un debate acerca de los riesgos que estos modelos tenían para las profesiones creativas. Artistas, escritores, músicos, creadores audiovisuales y periodistas hemos observado con curiosidad y cierto recelo las capacidades para generar contenido de estas herramientas. Más allá de las vulneraciones de copyright para entrenar los modelos, a los creadores también les preocupa el propio futuro de su profesión.  

Con el paso de los meses, los modelos existentes de IA se han consolidado como asistentes, herramientas para mejorar la productividad o colaboradores digitales para fomentar la creatividad. Muchos la usamos para ayudarnos en nuestro día a día o para romper la página en blanco. En el ámbito creativo, las posibilidades son indudables, como muestran los vídeos creados con Sora de OpenAI. Otras aplicaciones más polémicas han surgido en el mundo de la música. Hace unos meses, se publicaba una canción hecha por IA que emulaba la voz y el estilo de Bad Bunny, y que provocó la ira del artista. 

En lo que llevamos de 2024, los raperos Drake y Kendrick Lamar han protagonizado una batalla dialéctica en forma de canciones en las que se retaban con insultos y amenazas. Sin embargo, lo que muchos consideraron una línea roja fue que Drake utilizara una IA para recrear la voz del rapero Tupac, asesinado en 1996 y un referente de Lamar. Es una muestra de las capacidades de la IA para generar contenido falso, aunque este tipo de manipulaciones no sean nuevas: el propio Lamar hizo uso del deepfake de manera creativa en un videoclip hace dos años y rehizo una entrevista de Tupac al final de su disco To Pimp a Butterfly para simular una conversación. 

Sin embargo, todavía la IA no se muestra como un agente creador por sí mismo con capacidad completa para sustituir al ser humano y, por eso, los artistas ya no le tienen tanto miedo. Dadas sus características, es especialmente torpe a la hora de utilizar el sarcasmo, los juegos de palabras o tratar de conectar conceptos de maneras inusuales o creativas. Es algo que se observa de forma muy evidente cuando a los modelos de lenguaje se les pide que hagan humor o cuenten un chiste. Pueden funcionar para romper la página en blanco o crear conceptos curiosos, pero fallan al intentar ser graciosos. De momento, podemos perder el miedo, aunque no lleguemos a reírnos.

viernes, 14 de junio de 2024

Construyendo una mejor Internet

Medium - 14 de junio de 2024

Creo que no es controvertido decir que Internet está en una situación desesperada. En los últimos años, hemos sido testigos de la desaparición de espacios de redes sociales que alguna vez fueron prometedores, el vaciamiento de los medios digitales, el declive de la búsqueda como herramienta útil y las primeras oleadas de contenido basura de IA que comienzan a inundar la web.

Si ha intentado leer algo en línea recientemente, su experiencia probablemente haya sido especialmente terrible. La sensación básica de una página web promedio, seamos honestos, no es excelente. La historia está intercalada entre anuncios, con ventanas emergentes que aparecen aparentemente al azar, y no importa qué tan rápido seas, no puedes presionar la pequeña "x" en el video de reproducción automática antes de que comience a reproducirse.

Las palabras, para gran parte de Internet, son una ocurrencia tardía.

Aunque no en todas partes. Hay lugares que intentan crear un lugar limpio y bien diseñado para las palabras, las historias y los narradores humanos, pero ya son pocos.

jueves, 23 de mayo de 2024

Al calor del auge de la inteligencia artificial

MIT 23.05.2024


Al calor del auge de la inteligencia artificial, la industria de los chips está recibiendo un impulso sin precedentes. Los problemas de suministro que se sucedieron tras la pandemia de COVID-19 y la necesidad de una mayor capacidad de procesamiento para la IA han hecho que los países concentren sus esfuerzos en desarrollar su industria interior y no depender tanto de terceros países, en un entorno geopolítico complejo y de gran competitividad.  

Los países, las grandes tecnológicas y las start-ups enfocadas en segmentos muy específicos del mercado están tomando posiciones y marcando el terreno de lo que será la nueva geopolítica del chip en los próximos años. Todo ello impulsado por el nuevo mercado en respuesta a las necesidades de computación de la industria de la IA, que cada semana acapara titulares con sus nuevos productos o iteraciones.  

Una de estas novedades está trayendo cola. La semana pasada hablábamos de las novedades en los asistentes de IA de Google y OpenAI. Este último anunció GPT-4o como un asistente "omnimodelo" que podía presentar diferentes voces. Una de ellas era Sky, una voz que se asemejaba a la de Scarlett Johansson, específicamente la que aparecía en Her en forma de una IA de la que se enamoraba perdidamente el personaje interpretado por Joaquin Phoenix. Por si quedaban dudas, Sam Altman, CEO de OpenAI, tuiteaba minutos antes de la presentación un mensaje con tres letras: "her".  

La actriz señaló en un comunicado que el propio Altman le había pedido en septiembre de 2023 que prestara su voz para el asistente, algo a lo que se negó. Ante el revuelo causado, OpenAI se ha defendido alegando que la voz utilizada corresponde a otra actriz contratada antes de contactar a Johansson. En otro comunicado, Altman afirma que "la voz de Sky no es la de Scarlett Johansson y nunca hubo la intención de que se pareciera a ella". Aunque su tuit dijera lo contrario. El CEO pedía perdón a la actriz por no haberlo comunicado mejor y anunciaba que pausaba el uso de Sky en sus productos. Lo curioso del asunto es que OpenAI se decida por imitar una película en la que se mostraba un inquietante futuro en el que una persona trababa de compensar su soledad con una inteligencia artificial. Marta García Aller lo resume bien en este artículo de El Confidencial: "Antes la innovación copiaba los inventos de la ciencia ficción. Ahora copia sus miedos".  

Mientras tanto, se están sucediendo las dimisiones en el equipo de OpenAI que velaba por evitar riesgos catastróficos para la humanidad de una inteligencia artificial mal diseñada. La semana pasada anunciaban su renuncia Ilya Sutskever, director científico de la compañía y codirector de esta división conocida como departamento de superalineación, y Jan Leike, el otro director de la división. En un hilo de X, este último equiparaba la labor de su equipo como a "navegar contra el viento" y apuntaba: "Construir máquinas más inteligentes que los humanos es un reto inherentemente peligroso. OpenAI está asumiendo una responsabilidad enorme en nombre de toda la humanidad". Mientras tanto, el mundo sigue construyendo nuevos chips.